LOS PIONEROS DE LA INGENIERÍA INDUSTRIAL – HISTORIA DE LA INGENIERA INDUSTRIAL (Cuarta parte)

miércoles, 11 de febrero de 2009

LOS PIONEROS DE LA INGENIERÍA INDUSTRIAL – HISTORIA DE LA INGENIERA INDUSTRIAL (Cuarta parte)

Frank B. y Lillian Gilbreth

Frederick Taylor estaba interesado en todo aquello que afectaba a cualquier trabajo de producción: en la positiva investigación y desarrollo de una ciencia de cada trabajo. Pero fueron los Gilbreth los que pusieron bajo el microscopio los movimientos de los operarios.

Frank Gilbreth nació en 1868. A la edad de 17 años empezó a trabajar como aprendiz de albañil en la construcción. Casi inmediatamente se interesó por los movimientos realizados por los albañiles en la práctica de su oficio. Se dio cuenta de que el hombre asignado para enseñarle cómo colocar los ladrillos hacía tres diferentes y significativos tipos de movimiento en su trabajo:

  • El Albañil realizaba unos movimientos determinados cuando estaba enseñando a colocar los ladrillos.
  • Hacía otros movimientos para el trabajo lento.
  • Hacía otros para el trabajo rápido.

La curiosidad de Gilbreth fue en aumento. ¿Por qué debía realizar una persona varios tipos de movimiento cuando hacía su trabajo? ¿No era un método mejor que el otro? Seguramente un método debía ser el mejor. Así empezó la famosa búsqueda del mejor método para hacer el trabajo.

El primer logro importante de Gilbreth, en sus estudios sobre los movimientos, fue relativo a la colocación de los ladrillos correspondientes al paramento exterior. Cuando examinó por primera vez la operación se requerían 18 movimientos para colocar cada ladrillo en su sitio. Un más atento examen de cada movimiento y de sus funciones le llevó a la combinación o eliminación de la mayoría de ellos. El método resultante consistía en 4.5 movimientos para cada ladrillo. Similarmente redujo los movimientos requeridos para la colocación de los ladrillos interiores, de 18 a 2. Parte de la técnica de este trabajo fue cambiada también; este es casi siempre el resultado de un estudio de movimientos. Por ejemplo la operación de dar vuelta a los ladrillos para encontrar la mejor cara fue eliminada colocando a obreros de más bajo salario que amontonasen los ladrillos con la cara buena hacia arriba. Gilbreth también inventó una estantería de altura variable para colocar los ladrillos. Los resultados de los estudios de Gilbreth condujeron a casi triplicar la capacidad de un albañil colocando ladrillos: de 120 ladrillos por hora se pasó a 350.

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